Miguel había tenido una semana dura. El lunes, se enfrentó a las sentadillas con press y los fondos en anillas. El martes, realizó una serie de levantamientos en dos tiempos haciendo 30 repeticiones con una barra de pesas de 60 kilos.
Al día siguiente, incluso aunque todavía le dolían los músculos, realizó un total de 150 flexiones y 150 burpees.
El jueves, Miguel se tomó un descanso de sus entrenamientos. Sin embargo, a la mañana siguiente hizo un largo recorrido en bicicleta. El día después sus brazos estaban especialmente doloridos e hinchados, y su orina tenía el color del té negro que ha estado en infusión durante horas.
Finalmente, el domingo, en lugar de ir al gimnasio acabó en un hospital conectado a un gotero por vía intravenosa que limpiaba sus riñones con más de nueve litros de salino.
Mientras sus niveles de creatina cinasa (las proteínas musculares descompuestas que circulan por el torrente sanguíneo) iban reduciéndose a la velocidad de un caracol, publico una foto de los aterradores resultados de sus pruebas de riñón con el texto: “Tío Rabdo, ¿eres tú?”
Las historias de este tipo solían ser habituales cuando la popularidad del CrossFit se disparó. Esto ha hecho que muchos se pregunten si realmente el CrossFit es malo.
Y aunque desde entonces la comunidad que practica esta técnica de entrenamiento ha pisado el freno en su mentalidad de “sin dolor no hay victoria”, muchos atletas siguen poniéndose en riesgo en su lucha por ser los mejores.
El panorama del CrossFit
El CrossFit es una metodología de entrenamiento creada en 2001 por el antiguo gimnasta Greg Glassman, que ha ido creciendo continuamente desde entonces. Según datos de la propia empresa, hoy en día hay más de 15.000 afiliados de CrossFit en todo el mundo.
Cada entrenamiento con este sistema consiste en realizar distintos ejercicios: levantamientos olímpicos, entrenamiento de cardio y movimientos que implican varias articulaciones, como los box jumps, las flexiones y los burpees.
Cuando se combinan, estos elementos buscan “forjar un estado de forma amplio, general e inclusivo”, según la guía de la marca.
Sin embargo, la característica que define al CrossFit es la intensidad. Los programas son duros. Una “prescripción”, como indica la guía, consiste en “ejercicios funcionales de alta intensidad y con una variación constante para optimizar la aptitud física en diez dominios: resistencia cardiovascular y respiratoria, vigor, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, coordinación, agilidad, equilibrio y precisión”.
La clave de estos entrenamientos de alto voltaje se encuentra en un reloj digital que ocupa un lugar destacado en la mayoría de los boxes de CrossFit (el término usado para referirse a los gimnasios).
La mayoría de los entrenamientos se basan en el tiempo, por lo que no debes parar hasta que el reloj llegue a cero. Incluso cuando tengas los músculos agotados y quieras rendirte, los entrenadores y tus compañeros de gimnasio te animarán hasta terminar.
Para un atleta adulto competitivo, no hay nada que iguale a esto. El motivo es que supone la misma subida de adrenalina que muchos experimentaban al practicar deportes en el instituto.
No hay nada malo en que a alguien le encante ir al gimnasio, pero la atmósfera de no-abandono de algunos afiliados ha hecho que muchos se pregunten si el CrossFit es malo. Porque hasta los comportamientos más saludables pueden convertirse en una obsesión peligrosa.
Los peligros de entrenar demasiado
Como ilustra la historia de Miguel que conté antes, el Tío Rabdo es un elemento recurrente dentro de la cultura del CrossFit.
Este personaje de dibujos recibe su nombre de la rabdomiólisis, un problema renal que suele estar inducido por un exceso de ejercicio.
Esta enfermedad potencialmente mortal, que también puede estar provocada por la genética, ocurre cuando el músculo se descompone y se libera mioglobina (un subproducto de las fibras musculares) al torrente sanguíneo, lo que obstruye los riñones y los envenena.
Si estás deshidratado, lo cual suele ir de la mano de la rabdomiólisis, no puedes limpiar estar toxinas, y los riñones no pueden filtrarlas. Esto puede llevar a un fallo renal y a desequilibrios en los electrolitos que pueden acaban afectando a tu corazón.
El Tío Rabdo se inventó originalmente para arrojar luz sobre el “uso inapropiado de la intensidad”, según la Guía de Entrenamiento de CrossFit. Sin embargo, algunas personas que lo practican lo utilizan con humor para demostrar que han trabajado duro.
De ahí que haya quienes piensen que el CrossFit es malo. En concreto, estos problemas surgen cuando ni los atletas ni sus entrenadores saben cuándo parar, o deciden no hacerlo.
Los CrossFitters aguantan el dolor muscular y esfuerzo intenso, por lo que están acostumbrados a pedir que les lleven al extremo. Por lo tanto, les resulta complicado reconocer el dolor y darse cuenta de que necesitan parar.
En general es posible decir que los beneficios del CrossFit superan a los riesgos. Por lo tanto, no se puede afirmar que el CrossFit es malo por sí solo. Sin embargo, los riesgos son reales.
Hay muchas formas de entrenamiento que pueden provocar lesiones por una intensidad excesiva. No obstante, este tipo de lesiones son especialmente habituales entre los CrossFitters debido a su enfoque de alta velocidad y alto impacto.
Ciertos ejercicios (en concreto, los levantamientos olímpicos) están pensados para ser realizados con moderación. Sin embargo, el CrossFit predica que hay que ir al límite en todas las series y repeticiones hasta que no puedas seguir.
Y aunque el entrenamiento hasta el fallo muscular es bastante discutible, hay una cosa segura: llevar regularmente tu cuerpo hasta el fallo puede suponer graves riesgos para la salud, como la rabdomiólisis.
Existen quienes piensan que el entrenamiento hasta el fallo provoca una fatiga innecesaria. Y estos expertos tienden a pensar que el CrossFit es malo si se realiza con demasiada intensidad. Aunque la fatiga es un efecto secundario normal de ciertos tipos de entrenamiento metabólico, no es adecuado para entrenar la fuerza o la potencia.
El verdadero peligro se encuentra en los nuevos atletas. Aunque los entrenamientos se pueden adaptar a distintos niveles, los principiantes no suelen ser conscientes de cuándo están entrenando en exceso, ni de las exigencias únicas que tiene una sesión de ejercicio. Por lo tanto, es posible afirmar que el CrossFit es malo para un principiante si no cuenta con las indicaciones de un buen entrenador.
Por otro lado, como muchos movimientos explosivos requieren cierta habilidad técnica, no es aconsejable realizar levantamientos olímpicos en un estado de fatiga.
Los entrenamientos que llegan al fallo y a una fatiga excesiva generan una percepción artificial de eficacia. Es posible que las personas que los practican se sientan genial debido al flujo de endorfinas. Sin embargo, a la mañana siguiente se levantarán con un dolor intenso en los hombros.
o más preocupante en este sentido es la técnica que se utiliza en los entrenamientos. Por ejemplo, si en un circuito de 20 minutos se realizan de forma incorrecta las cargadas y los fondos en anillas, estos ejercicios acabarán pasando factura.
El problema de los entrenadores inexpertos de CrossFit
Ahora bien, es necesario aclarar que, cuando se hace correctamente, el CrossFit no es inherentemente malo o ineficaz. Por lo tanto, no es posible afirmar rotundamente que el CrossFit es malo.
Como ocurre con otras metodologías de entrenamiento, en este caso se utilizan ejercicios de alta intensidad. Se trata de un modelo de entrenamiento eficiente que ha ayudado a muchas personas a perder peso a la vez que mejoraban su fuerza y resistencia.
Sin embargo, debido a su popularidad, hay demasiados gimnasios de CrossFit que han desvirtuado el sistema. Igual que hay muchos atletas novatos de CrossFit que se exceden al completar un entrenamiento demasiado ambicioso, también hay entrenadores que se apresuran en crear más franquicias de CrossFit y, de esta forma, les están fallando a sus atletas.
Los problemas surgen de los entrenadores inexpertos. Por ejemplo, para certificarse como entrenador de nivel 1 sólo hay que completar un seminario de dos días y un examen de 50 preguntas de respuesta múltiple.
Eso es todo lo que necesitas para abrir un gimnasio de CrossFit y empezar a entrenar a todos los atletas que quieras. Y es uno de los motivos por los que hay gente que piensa que el CrossFit es malo.
No obstante, los entrenadores de nivel 1 apenas están arañando la punta del iceberg. Te dicen que el nivel 1 es una introducción a los fundamentos del CrossFit, y que es necesario seguir al siguiente nivel. Pero la realidad es que tu próxima clase de CrossFit podría darla alguien con dos días de formación.
Eso no quiere decir que no haya entrenadores de CrossFit con una gran experiencia. Sin embargo, como la certificación es tan fácil de conseguir, este programa produce un montón de entrenadores inexpertos que acaban haciendo que la gente se lesione.
Lo mejor sería que quienes quisieran ser entrenadores esperasen un año antes de obtener la certificación. Y es que si la consigues sin ninguna experiencia, sólo serás una carga en vez de un profesional.
Además, después de recibir la certificación de nivel 1 y de pagar una cuota mensual, la sede de CrossFit no se pone en contacto con los entrenadores para que sigan formándose o hagan cursos de actualización.
Esto perjudica a toda la comunidad, porque hay personas que no siguen formándose.
Ahora bien, no se puede decir que haya una carencia de formación entre la comunidad de CrossFit. En concreto, el programa ofrece un entrenamiento de nivel 2, así como seminarios de especialización sobre temas como las pesas rusas, la movilidad, el levantamiento de potencia, etc.
En este sentido, creo que CrossFit debería exigir a los entrenadores que obtengan una certificación especializada una vez cada cierto tiempo para mantener su afiliación.
En estos momentos, la esperanza entre la comunidad CrossFit es que el ejercicio pueda ayudar a revertir la tendencia hacia la obesidad creando una sociedad más activa.
Y aunque el CrossFit motiva a sus seguidores a hacer ejercicio, cada vez se teme más que el modelo actual y la falta de control acaben con un montón de personas lesionadas en lugar de con una sociedad más sana.
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