#425. Quizás no eres intolerante a la lactosa y es otra cosa. La leche y los lácteos son un drama y hoy arrojamos un poco más de luz a las intolerancias, alergias y reacciones.
Si alguna vez has sentido ruidos en el estómago poco después de comer, es posible que te hayas preguntado si eres intolerante a la lactosa.
La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en los productos lácteos. Algunas personas son incapaces de digerirla correctamente, lo que provoca síntomas digestivos desagradables tras la ingesta de lácteos.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa es un trastorno digestivo causado por la incapacidad de digerir la lactosa, el principal carbohidrato de los productos lácteos. Es muy común, y afecta como mínimo a dos tercios de la población adulta mundial.
Esta afección se produce cuando el cuerpo no produce suficiente cantidad de la enzima lactasa, necesaria para digerir la lactosa.
Las personas con intolerancia a la lactosa experimentan problemas digestivos cuando consumen lácteos, lo que puede afectar negativamente a su calidad de vida.
Estos síntomas incluyen hinchazón, diarrea y calambres abdominales.
¿Se puede desarrollar una intolerancia a la lactosa con el tiempo?
La lactosa se encuentra en la leche materna, y casi todo el mundo nace con la capacidad de digerirla. Sin embargo, se puede desarrollar una intolerancia a la lactosa a cualquier edad, incluso hasta bien entrada la edad adulta.
Existen varios tipos de intolerancia a la lactosa, y pueden estar causados por diferentes factores. Sin embargo, todas las intolerancias a la lactosa se caracterizan por una deficiencia de la enzima lactasa.
Síntomas de la intolerancia a la lactosa
Si no se controla adecuadamente, la intolerancia a la lactosa puede causar graves problemas digestivos. Estos síntomas pueden aparecer tan pronto como 30-60 minutos después de comer.
Los síntomas más comunes son:
- Hinchazón
- Calambres abdominales
- Gases
- Diarrea
- Náuseas
La diarrea se produce por la presencia de lactosa no digerida en el intestino delgado, lo que hace que el agua se desplace hacia el tracto digestivo.
Una vez que llega al colon, la lactosa es fermentada por las bacterias del intestino, formando ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y gases. Esto provoca hinchazón, gases y dolor.
La gravedad de los síntomas varía en función de la cantidad de lactosa que puedas tolerar y de la cantidad que hayas comido.
Afortunadamente, estos síntomas duran poco. Tampoco suelen afectarte a menos que consumas grandes cantidades de lactosa o tengas otra enfermedad que empeore por la irritación digestiva que provoca la intolerancia a la lactosa.
Causas y tipos de intolerancia a la lactosa
La lactosa está formada por los azúcares simples glucosa y galactosa.
Se necesita la enzima lactasa para descomponer la lactosa en glucosa y galactosa, que el cuerpo absorbe en el torrente sanguíneo para obtener energía.
Sin una cantidad suficiente de lactasa, la lactosa se desplaza por el intestino sin ser digerida y provoca síntomas digestivos. Sin embargo, existen múltiples causas de la deficiencia de lactasa.
A continuación se describen los diferentes tipos de intolerancia a la lactosa.
Intolerancia primaria a la lactosa
La intolerancia primaria a la lactosa -el tipo más común- está causada por una disminución de la producción de lactasa con la edad. Por ello, con el tiempo se pierde la capacidad de absorber la lactosa.
Esta forma de intolerancia a la lactosa puede ser parcialmente genética, ya que es más común en algunas poblaciones que en otras.
Los estudios estiman que esta afección afecta a menos del 10% de las personas del norte de Europa, a alrededor del 50% de los latinos y de Oriente Medio, y al 80-99% de los africanos y asiáticos.
Intolerancia secundaria a la lactosa
La intolerancia secundaria a la lactosa se desarrolla como resultado de otra enfermedad que afecta al intestino delgado, donde se produce la lactasa. Esto se debe a que la inflamación de la pared del intestino puede provocar una disminución temporal de la producción de lactasa.
Las posibles causas de la intolerancia secundaria a la lactosa son la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, la quimioterapia, la colitis ulcerosa y el envejecimiento.
Intolerancia congénita a la lactosa
La intolerancia congénita a la lactosa está presente en los recién nacidos. Es un tipo raro y hereditario de esta afección, y ambos padres deben poseer la mutación genética particular para la intolerancia congénita a la lactosa para que el bebé nazca con ella.
Estos bebés no pueden amamantarse debido al contenido de lactosa de la leche materna, y esta afección puede ser incluso mortal si no se detecta rápidamente. Los efectos secundarios pueden incluir diarrea severa y altos niveles de calcio.
Esta afección también es de por vida.
Intolerancia a la lactosa del desarrollo
La intolerancia a la lactosa del desarrollo también se da en los bebés. Normalmente sólo se da en bebés prematuros, que nacen antes de que su sistema digestivo esté completamente desarrollado, y provoca síntomas como malestar digestivo.
Esta afección suele resolverse por sí sola a medida que el bebé crece, pero mientras tanto, es posible que tu hijo necesite leche de fórmula sin lactosa en lugar de leche materna.
Factores de riesgo
Algunas personas pueden tener un mayor riesgo de padecer intolerancia a la lactosa. Los factores de riesgo a los que hay que prestar atención son los siguientes:
- Herencia asiática o africana
- Un historial médico de problemas o enfermedades digestivas
- Familiares con intolerancia a la lactosa
Pruebas para detectar la intolerancia a la lactosa
Éstas son las formas en que su médico puede comprobar si tiene intolerancia a la lactosa:
Prueba de hidrógeno en el aliento
Esta prueba mide el hidrógeno en el aliento tras la ingesta de lactosa. Unas cantidades elevadas de hidrógeno sugieren problemas digestivos que pueden estar relacionados con la intolerancia a la lactosa, pero también causados por otros problemas.
Prueba de tolerancia a la lactosa
Esta prueba mide el nivel de azúcar en sangre tras la ingestión de lactosa. Si tienes intolerancia a la lactosa, tus niveles de azúcar en sangre no se verán afectados porque tu cuerpo no puede descomponer la lactosa.
Prueba genética
Esta prueba comprueba las causas genéticas de la intolerancia a la lactosa, pero las personas con intolerancia secundaria a la lactosa pueden recibir un falso negativo.
Actividad de la lactasa en el borde del cepillo yeyunal
Este método invasivo y caro requiere una biopsia del borde en cepillo del yeyuno, que forma parte del intestino delgado, pero es una forma definitiva de evaluar la actividad de la lactasa.
Prueba de acidez de las heces
Esta prueba, que se suele utilizar en bebés y niños, mide los niveles de acidez de las heces, que tienen un pH más bajo en los casos de intolerancia a la lactosa.
También puedes hacer una prueba de eliminación por ti mismo si crees que tienes intolerancia a la lactosa. Para ello, elimina la lactosa de tu dieta durante al menos dos semanas y luego reintroduce los lácteos para ver si experimentas algún síntoma digestivo.
Aunque una prueba de eliminación puede ayudarte a entender si tienes problemas para digerir la lactosa, buscar un diagnóstico oficial de un profesional de la salud puede ayudarte a evitar eliminar innecesariamente los lácteos de tu dieta si tus síntomas son causados por otra condición.
Opciones de tratamiento para la intolerancia a la lactosa
Si no quieres renunciar a los lácteos, algunos tratamientos naturales pueden aliviar la intolerancia a la lactosa.
Suplementos enzimáticos
Los suplementos enzimáticos pueden ayudar al organismo a digerir la lactosa.
Sin embargo, la eficacia de estos productos puede variar mucho, desde la ausencia de efectos perceptibles hasta la reducción de los síntomas de la intolerancia a la lactosa con resultados más favorables en las pruebas de hidrógeno en el aliento.
Otras personas pueden experimentar una reducción de los síntomas sin cambios en los resultados de las pruebas de hidrógeno en el aliento, lo que sugiere un efecto placebo.
Por ello, lo mejor es consultar a un médico antes de probar estos suplementos.
Exposición a la lactosa
Si eres intolerante a la lactosa, consumirla regularmente puede ayudar a tu cuerpo a adaptarse a ella.
Hasta ahora, los estudios sobre esta estrategia son limitados, pero los resultados iniciales muestran signos positivos.
Mediante la exposición regular a la lactosa, la microbiota intestinal puede ser capaz de producir suficiente lactasa por sí misma para aliviar los síntomas de la intolerancia a la lactosa, a pesar de que el propio organismo tenga una deficiencia de lactasa.
La constancia es la clave de este método, y la leche con alto contenido en grasa, como la leche entera, puede ser la mejor opción porque el cuerpo la digiere más lentamente, lo que puede dar a las bacterias intestinales más tiempo para digerir la lactosa.
No obstante, es necesario seguir investigando.
Probióticos y prebióticos
Los probióticos son microorganismos que proporcionan beneficios para la salud, mientras que los prebióticos son tipos de fibra que funcionan como alimento para estos microorganismos, alimentando a las bacterias beneficiosas de tu intestino.
Se ha demostrado que tanto los probióticos como los prebióticos reducen los síntomas de la intolerancia a la lactosa, aunque la mayoría de los estudios son pequeños.
Algunos tipos de probióticos y prebióticos pueden ser más eficaces que otros. Se cree que los probióticos más beneficiosos son las cepas de Bifidobacteria y Lactobacillus, que suelen encontrarse en los yogures probióticos y en los suplementos.
Resumen
La intolerancia a la lactosa es un conjunto de síntomas causados por una deficiencia de lactasa, la enzima que descompone el azúcar de la leche llamado lactosa. Si usted padece esta enfermedad, los síntomas aparecen después de consumir lactosa, que se encuentra en productos lácteos como la leche, el yogur y el queso.
Estos síntomas, que pueden aparecer poco después de comer, incluyen dolor abdominal y diarrea.
Muchas personas son intolerantes a la lactosa, y hay muchas maneras de ajustar fácilmente su dieta para evitar o limitar la lactosa.
Si te preocupa no poder tolerar los lácteos, ten por seguro que hay numerosos alimentos y bebidas que puedes tomar, junto con una serie de opciones de tratamiento para ayudar a prevenir o aliviar los síntomas.
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