#476. La verdad siempre ha estado más cerca de la intuición que de la racionalidad, el problema es cuando este pensamiento racional es manchado por toda la información de nuestro entorno, influenciado (como no) por parte de a quien le interese que pienses de una manera.
En la era digital, la información es más abundante que nunca, pero separar la verdad de la abundancia de afirmaciones contrapuestas puede resultar desalentador.
Ya se trate del ébola, las vacunas o el cambio climático, la especulación y las teorías conspirativas compiten con la ciencia por la confianza del público.
¿Qué es el pensamiento racional?
La palabra «racionalidad» en latín significa razón. Significa que una persona que razona se guía por sus pensamientos y acciones y principalmente por la razón y el sentido común.
Evalúa objetiva e imparcialmente la situación actual y examina con suficiencia la mejor forma de resolver los problemas. Asimismo, una persona racional pretende tomar las decisiones correctas y alcanzar sus objetivos.
Es la forma más eficaz de pensar, ya que confían en su inteligencia para examinar los riesgos probables y las posibles consecuencias. Por tanto, las emociones y preocupaciones innecesarias que pueden confundirte y empujarte a tomar una decisión equivocada no se tienen en cuenta y pasan a un segundo plano.
Sólo una actitud constructiva ante cualquier problema es beneficiosa para ti.
Características del pensamiento racional
Averigüemos con más precisión qué otros signos tiene una persona con un tipo de pensamiento racional:
Se centra en el futuro
Alguien con pensamiento racional siempre se esfuerza por avanzar, mirando hacia nuevas oportunidades y perspectivas.
Sin embargo, es importante recordar que sigue caracterizándose por analizar situaciones similares anteriores y resumir los resultados. Y lo que es más importante, no te centres en el pasado y recuerda un plan estratégico para el futuro.
Si quieres ser más racional, ve siempre un paso por delante.
Considera las consecuencias
Antes de decidir nada, una persona con mentalidad racional enumerará todos los pros y los contras.
Prestará especial atención a las consecuencias de su elección, porque de ello dependerán sus acciones futuras.
Comprende la causa raíz
Antes de cometer cualquier acción, piensa por qué necesitas hacerlo. Al fin y al cabo, no pasará nada, por lo que es importante conocer el objetivo último de tus acciones.
Tiene moderación
Las personas racionales no se dejan llevar por sus emociones.
Aunque para tomar la decisión correcta es necesario mantener la calma y tener claridad mental, una emocionalidad excesiva puede convertirse en un serio obstáculo.
Aprende nuevas habilidades
Una persona con un tipo de pensamiento racional está permanentemente en proceso de aprender algo nuevo. Por tanto, saben dónde encontrar la información relevante, cómo aprender habilidades y hacer frente a cualquier problema con rapidez.
Gestiona su tiempo
Llevar una agenda o calendario de trabajo, cumplir los plazos y controlar la eficacia de las propias actividades son prioridades para una persona con pensamiento racional.
Acepta las críticas
Una persona racional siempre reacciona adecuadamente a las críticas y evalúa con realismo ciertos comentarios. Las utiliza en beneficio de la consecución de sus objetivos.
¿En qué consiste el pensamiento irracional?
El pensamiento irracional se refiere a la falta de lógica y razón en la cognición de una persona. Es lo contrario del pensamiento racional; el pensamiento racional es un proceso lógico que se basa en la razón y en pruebas empíricas.
Además, la cognición irracional es universal; todo el mundo tiene pensamientos irracionales. Este concepto se centra en cómo afrontar los pensamientos irracionales.
Las personas ansiosas suelen malinterpretar los pensamientos irracionales y considerarlos hechos. Todo lo que surge en la cabeza no es correcto por defecto.
El pensamiento racional es un enfoque en el que el individuo cuestiona los pensamientos y las ideas utilizando el razonamiento lógico y las pruebas.
Por ejemplo, si un individuo experimenta palpitaciones, podría tener un pensamiento irracional similar a: «Creo que me pasa algo en el corazón y me estoy muriendo». La cognición irracional es la tendencia a aferrarse a pensamientos irracionales.
El individuo puede incluso empezar a buscar síntomas de infarto en Internet. Los pensamientos inexactos refuerzan los patrones de pensamiento negativos, y las emociones convencen a las personas de que los pensamientos inexactos son reales.
Algunas de las causas comunes de la cognición irracional son las siguientes:
Sesgo de confirmación
El sesgo experiencial se produce cuando los recuerdos o experiencias de un inversor sobre hechos pasados le hacen decantarse por un bando, incluso cuando tal decisión no es racional. Por ejemplo, una mala experiencia anterior o actual les lleva a evitar posiciones similares.
El sesgo de familiaridad se refleja cuando un inversor prefiere valores de un sector conocido a valores pertenecientes a campos no relacionados. En este proceso, pueden perder oportunidades nuevas o innovadoras.
Generalización
La generalización es un ejemplo muy común de pensamiento irracional. El individuo lo generaliza todo: utiliza una sola experiencia para definir patrones generales.
Por ejemplo, un individuo tiene un malentendido con un amigo, pero acaba generalizando que es malo comunicándose con todo el mundo.
Conclusiones precipitadas
Sacar conclusiones precipitadas es otra causa frecuente de cognición irracional. La gente intenta suponer lo que piensan los demás; suponen las intenciones de los demás.
Por ejemplo, basándose en reacciones no verbales, una persona supone que el oyente no está interesado. El pensamiento racional, por otra parte, se centra en tener tantos datos como sea posible y retrasa sacar conclusiones sin tener pruebas que las respalden.
Mentalidad de rebaño
Otra ineficacia cognitiva habitual es la mentalidad de rebaño. Se trata de un proceso de pensamiento irracional en el que los individuos adoptan la ideología de un grupo mayor y pasan por alto la racionalidad personal.
Actúan de acuerdo con las creencias del grupo, asumiendo que todos los demás han investigado. En la mayoría de los casos, surge de la necesidad del individuo de encajar y adherirse a las normas sociales.
Debido a este comportamiento, los individuos no razonan antes de tomar decisiones.
Estamos programados para el pensamiento irracional
El pensamiento irracional se deriva de sesgos cognitivos que nos afectan a todos. La gente no piensa como los científicos; piensa como los abogados. Mantienen la creencia que quieren creer y luego reclutan todo lo que pueden para apoyarla.
El razonamiento motivado -nuestra tendencia a filtrar los hechos para apoyar nuestros sistemas de creencias preexistentes- es la forma habitual en que procesamos la información.
Casi nunca pensamos en las cosas sin alguna preferencia en mente o alguna inclinación emocional a querer una cosa u otra. Esa es la norma.
Si crees que eres inmune, no estás solo. Somos muy buenos detectando razonamientos motivados y prejuicios en otras personas, pero terribles viéndolos en nosotros mismos.
Dedica unos minutos a reflexionar honestamente.
Lo más probable es que encuentres algunos ejemplos en tu propia vida.
Tanto si nos decimos a nosotros mismos que somos mejores conductores que la media, a pesar de las multas de tráfico, como si insistimos en que superaremos una lista de tareas pendientes de 40 horas en un solo día, todos somos propensos a creencias manifiestamente falsas.
Gran parte de nuestra forma de pensar sobre cuestiones polémicas está influida por nuestros grupos sociales o culturales preestablecidos. No tenemos tiempo para evaluar cada prueba sobre cada tema, así que recurrimos a personas de confianza de nuestros grupos internos para que nos ayuden a emitir juicios.
Una vez que una determinada idea o postura se asocia a un grupo al que pertenecemos (identidad cultural), nos sentimos más inclinados a adoptar esa postura; es una forma de demostrar que pertenecemos a él.
¿Es posible superar estos sesgos internos que desvían nuestro pensamiento?
El primer paso para superar los prejuicios es reconocer y aceptar tu falibilidad. Tendemos a sentirnos mal con nosotros mismos cuando nos damos cuenta de que nos hemos equivocado, pero si te castigas, desincentivas la búsqueda de la verdad.
Otro truco es darle la vuelta a tu creencia. Pregúntate: «¿Cuáles son las razones por las que podría estar equivocado?». Esta estrategia te obliga a dirigir tu atención a las pruebas contrarias, que podrías estar motivado a pasar por alto si te limitaras a enumerar las razones de tus opiniones.
Considera cómo sería para ti estar equivocado en esta cuestión. ¿Alguna de las pruebas es compatible con esta opinión contraria? ¿Te inclinarías a creer este argumento opuesto si lo promoviera alguien de tu propio partido político o grupo social? Las respuestas pueden ayudarte a determinar la solidez de tu postura, y si ha llegado el momento de reconsiderarla.
¿Cómo puedes desarrollar el pensamiento racional?
Para desarrollar el pensamiento racional y lógico, a continuación te damos unos sencillos consejos:
Resuelve problemas y rompecabezas lógicos
Para mayor comodidad, puedes descargar cualquier aplicación en tu smartphone y distraerte varias veces a lo largo del día resolviendo problemas filosóficos. Al principio, requiere mucho tiempo y esfuerzo, pero con el tiempo verás los primeros resultados.
Analiza y evalúa la información que recibas desde un punto de vista crítico
Basta con que estudies detenidamente lo que ves o lees. Con toda probabilidad, podrás encontrar algunos errores racionales o incoherencias. Identificar estos errores te ayudará a pensar críticamente en el futuro y a evitar cometerlos en tus actividades.
Comparte tu opinión sobre cualquier material que hayas estudiado
Puede que haya personas en tu entorno con las que puedas discutir lo que has leído o hablar de ciertos temas. Siéntete libre de compartir tu opinión, y no olvides asegurarte de que está bien razonada y apoyada por hechos.
Lee más
Puedes leer varios libros para comprender mejor las leyes de la lógica y el pensamiento racional. Por ejemplo, empieza con la obra seminal del profesor de psicología Keith Stanovich «Pensamiento racional».
Escribe tus pensamientos
Lleva un diario e intenta anotar cualquiera de tus ideas, examinar detalladamente diversas situaciones y acontecimientos, y aportar argumentos para una determinada decisión.
Imagina que una sociedad, junto con las últimas tecnologías, empieza a utilizar de nuevo su mente. En ese caso, analiza la información presentada, comprueba su credibilidad y «estate siempre alerta». entonces, prevalecerá la era de la racionalidad y el pensamiento crítico.
La capacidad de las personas para trabajar con la información hará que el contenido sea más verificable. Lo principal que hay que recordar es adoptar un enfoque crítico ante cualquier material y verificar la autenticidad de los hechos.
Guía de campo de los argumentos irracionales
Las explicaciones científicas se basan en pruebas y están sujetas a cambios cuando salen a la luz nuevos hechos.
Las irracionales se basan en suposiciones y sólo tienen en cuenta los hechos que apoyan al bando elegido. He aquí cuatro características de los argumentos irracionales.
La ciencia es puntillosa para avivar la duda
En lugar de considerar la totalidad de las pruebas, los argumentos acientíficos seleccionan los datos, caracterizan erróneamente los métodos de investigación o los resultados, o incluso hacen afirmaciones totalmente falsas.
Se rechaza la ciencia basándose en implicaciones, no en datos
En lugar de cuestionar las pruebas en sí, este tipo de argumentos se centran en las implicaciones percibidas. La gente dirá: ‘Bueno, si la evolución es cierta, entonces no tenemos alma, o todos deberíamos comportarnos como animales’.
No importa que la ciencia no diga realmente nada sobre cómo debe comportarse la gente. Si se puede implicar que la ciencia repudia creencias que la gente aprecia, se crea un enorme incentivo para dedicarse al razonamiento motivado, no sea que la propia visión del mundo se venga abajo.
Se atacan los motivos y las razones de los científicos
Los críticos suelen recurrir a ataques personales contra los científicos para poner en duda sus descubrimientos. En lugar de criticar la propia ciencia, estas líneas argumentales suponen que los científicos han amañado sus investigaciones para apoyar el consenso científico.
Se apela a la «imparcialidad»
La gente que defiende este argumento dice: «Deberíamos enseñar a los niños ambos lados porque hay exactamente dos lados, en proporciones iguales», aunque no los haya.
En la mayoría de los casos, este recurso se invoca para dar una equivalencia falsa a un concepto como el diseño inteligente, que carece de pruebas. Si no se contrarresta, este enfoque puede dar legitimidad a debates sin mérito científico.
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