#280. Hay 4 vitaminas que son las más importantes para el cuerpo humano. Y que sorpresa, que resulta que sólo se puede absorber con grasas animales. ¿Hay otro mensaje más claro de la madre naturaleza?
Siguiendo una dieta sana y una determinada rutina de ejercicios diversos, podrás mantener una buena energía corporal, pero eso no es suficiente para estar sano.
La inmunidad del cuerpo tiene mucho que ver con mantenerte sano. Y para ello, necesitas algunas vitaminas y minerales específicos.
Vitamina A
La vitamina A es una de las vitaminas esenciales que nuestro cuerpo no puede fabricar, por lo que hay que incluirla en la dieta.
Este micronutriente tiene un papel importante:
- Favorece el crecimiento y el desarrollo normales de los niños
- Ayuda a mantener sanos los dientes, los huesos y los tejidos blandos.
- Es necesario para mantener la integridad estructural de todos los tejidos superficiales, como la piel, para combatir las infecciones y facilitar la curación de las heridas.
- Favorece la visión y las funciones oculares.
- Ayuda a mantener un sistema inmunitario sano gracias a sus propiedades antioxidantes. Un sistema inmunitario sano es vital para la protección contra los agentes patógenos.
- Ayuda al buen funcionamiento del corazón, los pulmones, los riñones y otros órganos.
Además, tiene otras funciones fisiológicas, como la gestión del estrés oxidativo.
Esta vitamina suele encontrarse en fuentes alimentarias conocidas por su alto contenido en colesterol y grasas saturadas, como el hígado de ternera, el queso, la leche, los huevos, el pescado… En realidad, es difícil encontrar una fuente de alimentación animal que tenga poca vitamina A.
Vitamina E
Este nutriente esencial incluye los tocotrienoles y los tocoferoles. Aunque los tocotrienoles y los tocoferoles tienen una química similar, los primeros tienen una estructura con los llamados dobles enlaces.
La vitamina E es otro antioxidante que protege específicamente las membranas de las células. Hay varios nombres para esta vitamina con varias funciones que a menudo se pasan por alto. Algunas funciones de la vitamina E son:
- Antioxidante
- Protege la integridad de las membranas celulares
- Coenzima para las reacciones de oxidación en el cuerpo.
Con sólo 3 funciones, la vitamina E contribuye a todos los sistemas del cuerpo. Se puede encontrar en los huevos, el hígado y la leche de pasto.
Vitamina D3
La vitamina D es una hormona que cumple una serie de funciones en nuestro cuerpo. Casi todas las células de nuestro cuerpo contienen un receptor llamado receptor de la vitamina D. Estos se asemejan bastante a una cerradura que sólo se activa cuando una molécula apropiada -en este caso, la vitamina D- se une y señala diferentes funciones en nuestro cuerpo.
Este nutriente vital es necesario para el correcto funcionamiento de muchos de nuestros órganos y del sistema inmunitario, como la formación de los huesos, la coagulación de la sangre y el sistema inmunitario. Las vitaminas D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) son especialmente importantes para el ser humano.
El colecalciferol, o vitamina D3, se encuentra de forma natural en los alimentos y en los suplementos. Además, tu cuerpo puede fabricar adicionalmente vitamina D3 tras la conversión de la previtamina D3 cuando tu piel se expone a la luz solar.
Aunque el cuerpo puede almacenar vitamina D, sus propias reservas se agotan rápidamente si no hay exposición a la luz solar durante un periodo de tiempo más prolongado. Esto ocurre especialmente en invierno, cuando la luz solar es escasa y la mayor parte de la piel está cubierta por la ropa.
La carne de los pescados grasos, como el salmón, el atún y también la caballa, es una gran fuente de vitamina D. También está presente en las yemas de huevo y en el hígado. Los suplementos de aceite de hígado de bacalao también son fuentes excelentes.
Varios estudios han relacionado la carencia de vitamina D con un mayor riesgo de infecciones, depresión, esquizofrenia, diabetes, cáncer de próstata, enfermedades cardíacas, etc. Estudios demuestran que la deficiencia de vitamina D también puede poner en juego tu sistema inmunitario, lo que provoca una disfunción, que en la mayoría de los casos conduce a la autoinmunidad.
Vitamina K2
La vitamina K2 evita que el calcio se deposite en tus vasos sanguíneos. La acumulación de calcio en las arterias es un factor de riesgo para las enfermedades cardíacas, ya que éstas, junto con el exceso de lípidos, pueden bloquear el flujo sanguíneo a órganos vitales como el corazón. Un estudio confirmó que un nivel bajo de vitamina D y K se asocia a un aumento de la rigidez arterial, lo que afecta a la presión arterial. Los depósitos de calcio pueden aumentar el envejecimiento de los vasos sanguíneos, por lo que podría decirse que la K2 es una vitamina antienvejecimiento.
La vitamina K2 también es importante para nuestra salud dental. La osteocalcina (una proteína reguladora del metabolismo óseo) es activada por la vitamina K2, lo que desencadena la formación del esmalte (con la ayuda de la vitamina A y D). Un esmalte fuerte significa que tenemos menos posibilidades de desarrollar caries y perder la blancura de nuestros dientes. La cruda realidad es que una vez que el esmalte se erosiona, desaparece para siempre.
Algunos ejemplos de fuentes alimentarias de vitamina K2 son los productos lácteos ricos en grasa, como la yema de huevo, el hígado, las gambas y el pollo.
Omega 3
Los ácidos grasos omega 3 pertenecen a la familia de las grasas poliinsaturadas. Las formas más importantes de ácidos grasos omega-3 son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).
Los ácidos grasos omega-3 desempeñan muchas funciones importantes en nuestro organismo. Sus usos principales son como fuente de energía para nuestro cuerpo y como bloques de construcción en nuestras membranas celulares. El ácido graso DHA es específico para el desarrollo cerebral y ocular de los bebés y está presente en la leche materna.
Las grasas omega-3 también sirven para reducir la inflamación, en oposición a las grasas omega-6, que tienen propiedades proinflamatorias.
Por último, son esenciales para nuestro sistema circulatorio. Ayudan a que la sangre se coagule adecuadamente y regulan la relajación y contracción de nuestros vasos sanguíneos.
Las mejores fuentes de EPA y DHA son los pescados; concretamente, las especies grasas que se encuentran en aguas frías. El salmón, las anchoas, la caballa y el atún tienen un alto contenido en ácidos grasos omega-3. Las gambas y las ostras también son buenas fuentes.
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