#306. Nunca me han funcionado los propósitos de año nuevo. Hacer resoluciones por muy cuantificables y específicas que sean no me han ayudado nada a conseguir lo que quiero porque quizás cuando llegue allí ya no será lo que quiera o tal vez lo habría idealizado.
Por qué no creo en los propósitos de Año Nuevo
La página uno siempre ha tenido un cierto atractivo. Se siente limpia, fresca y factible: un espacio blanco libre de enredos y nítido que espera ser llenado con nuestras nuevas experiencias y logros.
Nos levantamos temprano antes del primer día de trabajo, compramos ropa nueva para el primer día de colegio y, cuando el reloj marca la medianoche del 1 de enero, nos proponemos cambiar nuestro futuro. Es un buen comienzo, y por un momento fugaz, nos hace sentir invencibles.
«Este año voy a conseguir todo dieces».
«Voy a impresionar a mi jefe y ascender en la escala empresarial».
«Voy a comer más sano y a ponerme en forma».
«Este es el año en que por fin escribo ese libro».
Pero en cuanto algo sale mal, en cuanto conseguimos ese primer notable, cometemos un error en el trabajo, cogemos ese trozo de pizza de más de la caja o hacemos cualquier otra cosa que parezca contraria al objetivo original, esa página limpia que soñamos se ensucia; ahora está marcada con errores, y entonces (intencionadamente o no) pensamos: «¿Qué sentido tiene ahora? Tendré que empezar de nuevo… más tarde».
Renunciamos a las promesas que nos hacemos a nosotros mismos porque continuar con errores es mucho más pesado que empezar de cero. En lugar de avanzar, nos hundimos, esperando otros 365 días hasta que podamos volver a pasar la página para empezar de nuevo.
Esta es la realidad para el 80% de las personas que se proponen propósitos de Año Nuevo, y es la razón por la que no creo en ellos.
El cambio no espera
Si tienes el propósito de ser mejor, de hacerlo mejor o de crear un futuro de un color diferente al de tu pasado, tienes que reservar tiempo para presentarte y hacer ese trabajo ahora. El cambio no espera a que se haga borrón y cuenta nueva. No importa si hoy es el primer día o el 287.
Los grandes sueños son desordenados, el fracaso y los bloqueos son inevitables, pero si todavía queda algo de espacio en la página en la que estás ahora mismo -si todavía queda algo de tiempo en el día de hoy-, entonces debes recuperar lo que puedas y seguir luchando porque algunos de los mejores resultados se producen cuando nos comprometemos a «sólo uno más».
Si te tomas en serio el cambio, si te comprometes a convertirte realmente en una versión mejor de ti mismo o a crear algo nuevo -sea lo que sea que eso signifique para ti-, entonces no puedes esperar hasta el 1 de enero para hacer ese compromiso. No puedes esperar hasta el siguiente primer día.
El progreso debe ser constante
Una declaración única no es la forma en que se produce el progreso. Naturalmente, somos una sociedad de renunciantes, de procrastinadores, de personas que prefieren prometer el cambio mañana en lugar de hoy.
«Lo haré por la mañana… cuando esté fresco».
«Empezaré esa dieta la semana que viene».
«Ahora mismo no puedo. He tenido un día duro».
«Todavía tengo tiempo».
Conservamos nuestra energía y nos contenemos. La rutina se impone, y ese gran propósito que nos propusimos el mes pasado empieza a verse un poco borroso. Cada vez que obtenemos una puntuación inferior, cada vez que tropezamos, nuestra confianza se apaga un poco más, y pronto ese gran sueño nuestro parece una caminata cuesta arriba imposible.
Resoluciones sin resolución
Una resolución sin resolución carece de los cimientos para el cambio, y te aboca al fracaso.
Establecer objetivos es vital para construir el éxito, pero los objetivos no son un compromiso de una sola vez al año.
Objetivos no específicos
Tus aspiraciones deben ser específicas, reconocibles y divididas en trozos del tamaño de un bocado. No puedes progresar sin un enfoque progresivo.
Si de repente creas una autoexpectativa masiva el 1 de enero, sin acumulación ni planificación, la mentalidad de «no me apetece» va a ganar. Si no tienes un plan, no estarás haciendo una resolución; estarás haciendo un deseo.
Cómo hacer propósitos de año nuevo que vayas a cumplir
De nuevo, no esperes a que sea año nuevo, estos pueden utilizarse en cualquier momento del año, en cualquier fecha.
Aquí tienes unos cuantos hábitos que crearán ese cambio:
Practica ser tu yo del futuro
Sencillamente, para convertirte en esa versión ideal y futura de ti mismo, tienes que practicar serlo.
Tienes que dedicar tiempo al futuro, incluso cuando haya cosas más importantes que hacer en el presente y aunque no haya un retorno aparente inmediato de tus esfuerzos.
Tanto si quieres ponerte en forma como si quieres montar un negocio, no va a ocurrir de la noche a la mañana. En lugar de esperar a que se produzca este cambio, empieza a priorizar y a programar hoy mismo pequeñas mejoras, independientemente de lo ocupado que estés.
Diseña tu vida en torno a la felicidad
La felicidad puede parecer un concepto muy abstracto. Pero puedes centrarte en lo que significa la felicidad para ti y reestructurar tu vida en torno a ella. En lugar de perseguir la felicidad de forma abstracta, te sugieren que escribas un diario sobre ella.
Empieza escribiendo los detalles: cuándo fuiste feliz, qué hiciste, por qué te hizo feliz, etc.). Si notas temas o patrones recurrentes, empieza a cambiar tus objetivos o rutinas para incorporarlos.
Aprende cuándo retirarte
Si llevas un tiempo intentando tener éxito en algo y no ha funcionado o, lo que es más importante, no te está haciendo feliz, es hora de probar otra cosa.
Esto no significa que seas un fracasado. Significa que eres lo suficientemente inteligente como para darte cuenta de que algo no está funcionando y que tienes la suficiente dignidad como para hacer algo que te haga feliz.
Tómate un descanso de la pantalla
Si puedes, tómate unas vacaciones: Recarga, libérate y revitaliza tu mente. La ciencia dice que es el equivalente a pulsar el botón de reinicio de tu cerebro: Destruye el estrés y te da una perspectiva fresca muy necesaria para crear un cambio radical.
Si no puedes ir a Costa Rica hoy, no te preocupes, tómate un descanso. Un estudio de la Universidad de Cornell de 2009 muestra que los trabajadores que siguieron recordatorios automáticos para descansar de sus pantallas de ordenador fueron un 13% más precisos en su trabajo después de volver.
Los investigadores también sugieren meditar en un espacio tranquilo o incluso dar un paseo, preferiblemente al aire libre. No sólo lo agradecerán tus ojos, sino que tu mente también tendrá la oportunidad de recargarse.
Eres tan bueno como la gente que te rodea
Quizá recuerdes que, cuando estabas en el instituto, tus padres te decían que no te juntaras con la gente equivocada, y probablemente te volvía loco. Sin embargo, siento decirte que tenían razón.
Un estudio de la Facultad de Medicina de Harvard descubrió que las personas que se rodean de gente que sonríe y tiene una actitud positiva tienen una mejor actitud en comparación con las que están rodeadas de gente negativa y malhumorada.
Puede que no parezca gran cosa, pero empieza a evitar a los amigos o compañeros negativos siempre que sea posible. Si no puedes evitarlo, es el momento de empezar a buscar un nuevo trabajo o círculo social. Los resultados te sorprenderán.
Di no a todo lo demás
Se dice que Warren Buffet dijo a su piloto de 25 años: «El hecho de que sigas trabajando aquí me dice que no estoy haciendo mi trabajo».
Entonces le dijo a su piloto que escribiera 25 objetivos en los que estaba trabajando, y que redujera los cinco principales. El sabio consejo de Buffett fue que sólo siguiera esos cinco objetivos principales, y que dijera no a todo lo demás.
Tú puedes hacer lo mismo: en lugar de excederte, empieza a afinar tus habilidades para rechazar. Por ejemplo, si quieres montar un negocio, aprende a decir no a las actividades frívolas que te hacen perder el tiempo. Cuando empieces a priorizarte, el cambio positivo surgirá en un abrir y cerrar de ojos.
Rétate cada día
Aunque pueda resultar intimidante, salir de tu zona de confort es la única forma de crear un cambio.
¿Hay algo que has estado posponiendo porque te produce mariposas en el estómago? ¿Hay un ligero temor que tienes, pero sabes que serás más productivo si te pones en marcha?
Ya sea ir a esa entrevista de trabajo o simplemente saludar a alguien que quieres conocer, esfuérzate por hacerlo a diario, sabiendo que será un paso hacia la conquista de tus miedos y objetivos de éxito.
Conclusiones finales
Nunca es demasiado tarde (ni demasiado pronto) para crear ese gran cambio en la vida que siempre has deseado. No esperes hasta el Año Nuevo.
¿Te gusta el podcast?
Entonces te encantarán los episodios premium y la comunidad.
Sobre este podcaster ninja
