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La quiebra de las pensiones españolas

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Autor: Pau Ninja
Último episodio en octubre, 2023

#407. La hucha de las pensiones está quebrada y también el Estado español. Hablo con Álvaro para ver qué acciones se pueden hacer para «opt out» desvinculándonos de la estafa piramidal de las pensiones.

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El próximo inicio de la jubilación (a partir de 2025) de la generación del baby-boom en España, que llegó 12 años más tarde que en la mayoría de los países de la UE, está sometiendo al sistema de pensiones a una considerable presión. Las reformas, que son una condición para seguir recibiendo los fondos de la UE de la próxima generación, pretenden hacer más sostenible el déficit estructural de las pensiones, pero ¿lo conseguirán?

El sistema de pensiones español

Entre 1958 y 1977 nacieron cerca de 14 millones de bebés, 2,5 millones más que en los 20 años anteriores y 4,5 millones más que en los 20 años siguientes. Mientras que los nacimientos después de la Segunda Guerra Mundial se dispararon en otros países europeos (entre 1946 y 1964), las mujeres españolas se frenaron en las décadas de vacas flacas tras la Guerra Civil de 1936-39, que se cobró unas 500.000 vidas y obligó a cientos de miles a exiliarse.

Las cuentas de la Seguridad Social están en números rojos desde 2011, cuando registraron un minúsculo déficit del 0,06% del PIB (1,36% en 2020). El desequilibrio presupuestario recurrente hizo que el fondo de reserva de la Seguridad Social pasara de 66.800 millones de euros en 2011 a 2.100 millones a finales de 2020, afectado por la Gran Recesión (2008-2013) y la pandemia del COVID-19.

El equilibrio del sistema se ha deteriorado debido al aumento del gasto en pensiones contributivas, que ha superado con creces el crecimiento de los ingresos. Mientras que las cotizaciones representaron el 10% del PIB en 2019 (el último año «normal» antes de la pandemia), 0,4 puntos porcentuales más que en 2007, la parte de las pensiones contributivas (excluyendo los complementos a las pensiones mínimas) pasó del 6,9% del PIB al 10,3% en el mismo periodo. Evidentemente, este desajuste entre los ingresos y los gastos no puede prolongarse eternamente sin producir una fisura.

Factores del deterioro

Los principales factores del deterioro son:

Aumento de la tasa de dependencia

El aumento de la tasa de dependencia (el número de pensionistas dividido por la población de 16 a 64 años), es una medida demográfica clave. La división de población de la ONU predijo en 2020 que España tendría en 2050 el mayor porcentaje de personas mayores del mundo: el grupo de más de 65 años se duplicaría hasta alcanzar el 37% de la población total. La tasa de fecundidad de España, de 1,18 hijos (por debajo del nivel de reemplazo), es una de las más bajas del mundo y la esperanza de vida media una de las más altas.

La esperanza de vida de un individuo que ha cumplido 65 años es hoy de 21 años, frente a los 15 años de alguien de la misma edad en 1975, y una media de la OCDE de 19,7 años. Sin embargo, las proyecciones a largo plazo, sobre todo en lo que respecta a la demografía, son notoriamente inciertas, como demostraron las proyecciones basadas en el censo de población de 1991. Éstas mostraban que la población de España disminuía de 38,8 millones a 35,8 millones en 2026. La población actual es de 47,4 millones, en gran parte debido a una afluencia de inmigrantes imposible de predecir.

No se pueden descartar escenarios demográficos más favorables, debido a una mayor natalidad o a una mayor migración neta. Algunos expertos consideran que España necesita entre 6 y 7 millones de trabajadores más de aquí a 2040 para mantener la tasa de empleo. Una mejora significativa de la tasa de baja (61% frente al 75% de Alemania y la media de la UE del 67%), y por tanto de los cotizantes a la Seguridad Social, aliviaría las presiones sobre el gasto. Pero, como ha señalado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos «La incertidumbre actúa en ambas direcciones y, por tanto, la demografía podría incluso ejercer una mayor presión al alza sobre el gasto en pensiones, como consecuencia, por ejemplo, de un aumento de la esperanza de vida mayor de lo previsto».

Relación pensión media/salario medio

El aumento de la relación pensión media/salario medio es el segundo factor de deterioro del sistema. El aumento previsto del peso de la población de edad avanzada en relación con la población en edad de trabajar provocará un incremento sustancial de la ratio.

Dos reformas, en 2011 por el gobierno socialista de José Luis Zapatero y en 2013 por el gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy, abordaron el reto. Incluyeron el retraso de la edad de jubilación, el aumento del periodo de cálculo de la base reguladora, la introducción de un factor de sostenibilidad que vincula la pensión inicial a la esperanza de vida y la aprobación del índice de revalorización de las pensiones (IRP), que vincula el incremento anual de las prestaciones al saldo estructural del sistema, sin que la subida pueda ser ni inferior al 0,25% ni superior a la variación del índice de precios al consumo más 0,5 puntos porcentuales.

Las manifestaciones de los pensionistas por la pérdida de poder adquisitivo tras la subida de las pensiones por el mínimo legal y la negativa del Partido Nacionalista Vasco (PNV) a apoyar en el Parlamento los Presupuestos Generales del Estado de 2018 obligaron al Gobierno del PP a cambiar de rumbo y volver a indexar las pensiones a la inflación (reafirmada en julio de 2021 por el Gobierno de izquierdas en minoría de Pedro Sánchez) y a aplazar la entrada en vigor del factor de sostenibilidad, posteriormente desechado.

Las consecuencias de estas decisiones para el futuro gasto en pensiones fueron importantes. El informe sobre envejecimiento de 2018 de la Comisión Europea estimó que la vuelta a la indexación de las pensiones y la derogación del factor de sostenibilidad supondrían un crecimiento del gasto en pensiones de más de 4 puntos porcentuales del PIB en 2050.

Los pensionistas (8,8 millones de una población de 47,4 millones) son una base de votantes considerable. Lograr un equilibrio justo entre, por un lado, hacer recaer gran parte de los cambios en las pensiones sobre la población jubilada, que ha tomado decisiones sobre la base de ciertas expectativas de prestaciones y tiene una capacidad de ajuste limitada, y, por otro, hacer recaer todo el peso de las reformas sobre las generaciones futuras es políticamente complejo.

Las pensiones subirán un 2,5% el próximo año, el mayor incremento de la última década. Este año han subido un 0,9%, lo que ha hecho necesario un pago extra en 2022, ya que la inflación ha sido muy superior a la prevista. El Gobierno también ha introducido incentivos económicos para retrasar la jubilación y penalizaciones a quienes dejen de trabajar antes de tiempo. El Gobierno espera equiparar la edad efectiva de jubilación, que está por encima de la media de la OCDE, con la legal, que se está elevando gradualmente hasta los 67 años.

Las condiciones para obtener una pensión completa son laxas: en España las personas que hayan cotizado al menos 37,25 años (38,5 años a partir de 2027) podrán jubilarse a los 65 años con una pensión completa, frente a los 43 años de Francia y los 45 de Alemania.

Las tasas netas de sustitución de las pensiones seguirán siendo elevadas. Esta tasa más elevada (80% del salario medio frente a una media de la OCDE del 62%) se debe principalmente a una pensión pública inicial relativamente alta en relación con el último salario percibido, pero hay que tener en cuenta que este porcentaje se complementa en algunos países europeos, como el Reino Unido, con aportaciones privadas a la pensión, tanto obligatorias como voluntarias, mucho más desarrolladas que el sistema español introducido en 1987.

Los activos de las pensiones privadas de España representaban el 10,5% del PIB a finales de 2020 (excluyendo los activos de otros vehículos de pensiones, estimados en el 15% del PIB), frente a los más del 90% del Reino Unido. La aportación máxima anual exenta de impuestos para los particulares ha bajado gradualmente de 12.000 euros a 1.500 euros en 2022, desincentivando el ahorro, mientras que la de las empresas ha subido de 8.000 a 8.500 euros. El Gobierno justifica la reducción de la desgravación individual porque beneficia más a los más pudientes que a los peor pagados.

El factor de sostenibilidad va a ser sustituido por un mecanismo de equidad intergeneracional (MIE) que incluye, en particular, el aumento de la cotización a la Seguridad Social de los empresarios en 0,5 puntos porcentuales, para su desgracia, y de la de los trabajadores en 0,1 puntos entre 2023 y 2032, con el fin de constituir el fondo de reserva agotado. Si se considera que este fondo no es suficiente en 2032, se tomarán nuevas medidas.

¿Son suficientes las medidas adoptadas hasta ahora para restablecer la sostenibilidad?

El Gobernador del Banco de España dijo hace poco en el Senado que son «insuficientes» y que serán necesarios más ingresos o un menor gasto en pensiones para compensar un agujero presupuestario de la Seguridad Social de entre el 2% y el 3% del PIB (entre 25.000 y 37.000 millones de euros) en las próximas décadas. También cuestionó la eficacia de transferir 22.000 millones de euros de la Seguridad Social a los presupuestos del Estado para enjugar el déficit de la primera, ya que aumentaría el de la segunda.

El Instituto Santalucía estima que los 20.000 millones de euros de ingresos recaudados por el IEM en 10 años no serán suficientes, y que el mecanismo da una idea falsa al trasladar la mayor parte del coste a los baby boomers.

Por otra parte, una encuesta del banco BBVA revela que siete de cada diez baby boomers creen que serán peores pensionistas que sus padres, ya que tendrán que trabajar más años y recibirán una pensión menor.

La demografía es la clave, pero los gobiernos no tienen la opción de esperar a ver si las proyecciones resultan ser correctas o no. Tienen que actuar con la información disponible. Las reformas de las pensiones tienen que tomarse con mucha antelación para que sean efectivas. Es como elegir el momento adecuado para detener un superpetrolero, ya que se necesita mucho tiempo debido a la enorme cantidad de impulso que acumulan mientras navegan. La mayoría de los superpetroleros apagan sus motores a unos 25 km del muelle.

Sólo el tiempo dirá si el gobierno ha acertado.

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Sobre este podcaster ninja

podcaster En internet soy Pau Ninja y aunque tengo muchos blogs de mil temáticas que me parecen interesantes… Sólo tengo un podcast. Este. En la senda hacia el conocimiento cambié la katana por un micrófono para combatir la sed de curiosidad.